JG
J e a n G R U N B E R G E R
A r c h e t i e r
Me gusta mucho dedicar tiempo a hablar con los músicos cuando traen sus arcos al taller.
Observo con regularidad que incluso los arcos más prestigiosos se siguen tocando "tal cual" a pesar de los cambios, por leves que sean, que se han producido a lo largo del tiempo y que afectan a la curvatura o la rectitud de la baqueta, provocando irregularidades o molestias al tocar.
Un músico es capaz de detectar muy rápidamente si hay un problema que afecta al sonido o a la comodidad de tocar su instrumento (instintivamente hablará con su luthier sobre ello porque sabe que se puede hacer algo).
No ocurre lo mismo con los arcos.
El músico, que nunca se ha planteado la cuestión y no conoce otra alternativa, está convencido de que cualquier problema proviene únicamente de su técnica, que es él quien debe adaptarse, sin darse cuenta realmente de cuánta energía está gastando para compensar un problema que, en la mayoría de los casos, proviene... ¡simplemente de su arco!Sin embargo, existensignos muy claros que indican si un arco necesita un ajuste.
- una debilidad lateral y/o vertical en el centro de la baqueta, que intenta compensar tensando más el arco
el arco, lo que hace incómodo tocar en la punta.
- el arco es demasiado nervioso y no se mantiene en la cuerda.
- el arco se ha vuelto demasiado blando y es difícil encontrar la tensión adecuada.
-
El arco es demasiado pesado o demasiado ligero. Una vez más, el músico, al no tener alternativa conocida, se ha adaptado a esta incomodidad y compensa sin darse cuenta.
Cuando veo que un arco presenta un problema de este tipo, lo comento con el músico y su primera reacción es: "¡Ahora que lo dices, es exactamente lo que he sentido durante años!
¿Pero cómo lo sabes? ¿Y podemos hacer algo al respecto?
En la mayoría de los casos la respuesta es obviamente SÍ.
Se puede hacer principalmente ajustando la comba y/o la rectitud del palo, el equilibrio del arco y la calidad y el grosor de la broca.
El ajuste del arco es una operación muy exigente que requiere una verdadera pericia.
Existe la obligación de obtener resultados desde el momento en que acepto ajustar un arco.
El músico que participa en un ajuste de arco tiene la oportunidad única de sentir y validar cada cambio realizado en el arco. También es una oportunidad para :
- explorar y comprender la relación entre las características técnicas del arco y cómo se siente al tocar, comparando impresiones y convicciones íntimas con medidas y explicaciones precisas.
- desarrollar un vocabulario para expresar estas necesidades.
- establecer el vínculo entre las sensaciones de juego y las características técnicas del arco que se toca.
- ser capaz de definir sus necesidades en términos de confort, cualidades de juego y sonido.
- obtener información nueva y valiosa sobre su arco.
Si todo esto le parece interesante venga y llame a la puerta correcta.
En nuestro trabajo diario, nos encontramos con obstáculos técnicos que no se deben necesariamente a nuestras propias limitaciones.
El trabajo de puesta a punto que hice con Jean Grunberger me permitió sentir más agudamente lo que podía venir de mí o de mi arco. Ajustar el equilibrio, el peso, la tensión, una curvatura en un punto concreto del arco es a veces crucial para resolver un problema de spiccato, sonoridad, distanciamiento o proyección.
Una vez realizado este trabajo, el gesto musical se hizo más sencillo y evidente, y realmente me facilitó el trabajo diario.
Gracias a Jean, he descubierto que es posible ajustar un arco del mismo modo que se ajusta un violín
Afinando una serie de parámetros muy delicados, consigue responder exactamente a las expectativas del músico.
Trabajar con Jean fue una experiencia realmente maravillosa y positiva.
Era un mago trabajando y podía hacer cualquier cosa que le pidiera hasta conseguir el resultado que yo quería con mi arco.
Fue un placer conocer a Jean y a su mujer Claudia que juntos me abrieron un mundo con sus conocimientos y arte del arco. Recomiendo encarecidamente a cualquier músico que tenga problemas con su arco que vaya a verlos.
Como violonchelista, estaba familiarizado con los términos comba, peso, punto de equilibrio, nerviosismo y flexibilidad del arco, pero no entendía su significado mecánico.
Lo que más me llamó la atención fue lo que llamamos deflexión, es decir, la flexibilidad de la baqueta. Asociaba erróneamente un sonido potente y un ataque preciso con un palo rígido y muy resistente a la presión.